EL PANECILLO
El Panecillo es una elevación natural de 3.000 metros sobre
el nivel del mar, enclavada en el corazón mismo de la ciudad de Quito (Ecuador).
Es el sitio más visitado de la ciudad. Por su ubicación se ha convertido en el
más importante mirador natural de la ciudad, desde el que se puede apreciar la
disposición urbana de la capital ecuatoriana, desde su centro histórico y hacia
los extremos norte y sur. El Panecillo está coronado por una escultura gigante
de aluminio de la «Virgen de Quito», creada por el español Agustín de la
Herrán Matorras, el cual se basó en la obra compuesta por Bernardo de Legarda, uno de los más importantes
representantes de la Escuela quiteña.
Historia
Tan ancestral como los pueblos que se han asentado
sucesivamente en sus alrededores, la colina de El Panecillo divide su historia
en tres grandes momentos: la época quitu-inca, la colonial y la moderna.
Época aborigen y colonia
Quito, óleo del pintor Rafael Salas que muestra la ciudad
del siglo XIX, con la colina de El Panecillo como su telón de fondo.
A su llegada a Quitu, los españoles no encontraron más que
cenizas de lo que fue la segunda capital del Tahuantinsuyo; sin embargo también
notaron que la colina, conocida como Shungoloma era un lugar estratégico en el
valle del Pichincha, por lo que asentaron la ciudad españolizada de Quito junto a la colina y
bautizaron a esta peculiar elevación con el nombre de "Panecillo" por
su parecido con un pan pequeño.
Algunas teorías sin mayor fundamento documental sostienen
que en el cerro había un templo dedicado al Sol, pero no hay vestigio alguno en
el lugar que las confirme.
Durante toda la época colonial el Panecillo marcó el fin de
la ciudad por el extremo sur, y por ello los viajeros que llegaban desde
ciudades como Ambato,
Guayaquil,
Latacunga,
Lima o Cuenca sabían, al divisarlo, que su llegada a
Quito era cuestión de un par de horas nada más. El cerro tenía una parte
boscosa, en especial en el costado sur.
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